El libro de Oro

 

Cruz de Malta

 

Hace muchos siglos que se le repite a la humanidad "NO se puede servir a dos amos" ¿Por qué? Porque no existe sino una sola Inteligencia, una Presencia, un Poder que pueda actuar, y esa Presencia es Dios en ti. Cuando tú te vuelves a la manifestación exterior y crees en el poder de las apariencias, estás sirviendo a un dueño falso y usurpador que sólo encuentra una apariencia porque contiene energía de Dios, la cual está usando mal.
Tu habilidad para levantar la mano y la vida que fluye a través del sistema nervioso de tu cuerpo, es Dios en Acción dentro de ustedes.
Cuando camines por la calle piensa por un momento: " Esta es la Inteligencia Divina y el Poder que me hace caminar, y ésta es la Inteligencia que me dice donde voy". Veras que ya no es posible que continúes sin comprender que cada movimiento que hagas es Dios en Acción. Cada pensamiento en tu mente es Energía Divina que te permite pensar. Ya que sabes que este es un hecho indiscutible ( ya que no tiene discusión posible) ¿Por qué no adorar y dar plena confianza, fe y aceptación a esta Magna Presencia de Dios en cada uno, en lugar de mirar la expresión externa que está calificada y coloreada por el concepto humano de las cosas? .
Cada forma exterior no es sino una parte de la vida por medio de la cual cada individuo puede lograr saber el origen verdadero de su ser ( esto lo aprende a través de su propia experiencia); Luego vuelve a la plenitud de perfección de origen apoyado en la auto-conciencia que ha adquirido.

La expresión exterior de vida no es sino un constante y cambiante cuadro que la mente exterior ha creado, presumiendo ser el actor verdadero. De modo que la atención está constantemente fija en la apariencia externa que sólo contiene imperfecciones, y lo cual ha hecho que los hijos de Dios hayan olvidado su propia Divinidad, teniendo de nuevo que regresar a ella.
Dios es el dador el Recibidor y el Don, y es el único Dueño de toda la Inteligencia, Sustancia, Energía y Opulencia que existen en el Universo. Si los hijos de Dios aprendieran a dar, únicamente por el gozo de dar, sea amor, dinero, servicio o lo que fuera, la expresión externa no podría carecer de una sola cosa. Sería imposible.
Lo desafortunado en la humildad, que ha causado tanto egoísmo y condenación sin precedente entre una y otra persona, es la insistencia en la posesión personal de las maravillosas bendiciones de Dios. No hay sino un Amor actuando, una Inteligencia, Poder, Sustancia en cada individuo, y eso es Dios. La alerta que se le puede dar a cada estudiante es contra el deseo de reclamar y apropiarse poder para sí únicamente.
Si en cada acto de la personalidad se le diera pleno crédito y poder a Dios únicamente, ocurrirían transformaciones increíbles en aquel que así le entrega todo el crédito a quien le pertenece.
Raramente se ha logrado comprender la oferta y la demanda. Positivamente hay abundante y omnipresente oferta, pero la demanda tiene que ser estipulada antes que la Ley del Universo le permita surgir a la expresión y al uso del Individuo.

 

Cruz de Malta

 

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